El Sistema Metropolitano de Montevideo, a cargo de OSE (Obras Sanitarias del Estado), abastece de agua potable a aproximadamente el 50% de la población de Uruguay, (1:800.000 habitantes.) La fuente de la que toma la planta potabilizadora convencional de dicho sistema, Aguas Corrientes, es el Río Santa Lucía. La cuenca de aporte de este curso cuenta con dos reservas principales, Canelón grande de 20 Hm3 y Paso Severino de 70 Hm3.
Durante el 2023, se dio una situación de déficit hídrico extraordinario generada por la ausencia prolongada de precipitaciones en la zona centro-sur del país. Se vieron severamente afectados los principales cursos y reservas de agua para abastecimiento a la población, comprometiendo de forma muy significativa la zona sur metropolitana del país (donde se encuentra la mayor densidad de población).
La reserva de Canelón Grande se agotó rápidamente y para junio 2023 el embalse de Paso Severino llegó a su nivel mínimo histórico. En épocas de estiaje, el caudal de agua cruda de ingreso a la planta, se complementa con bombeo desde aguas abajo de la usina. Desde enero, el prestador fue incrementando progresivamente el bombeo desde aguas abajo de Aguas Corrientes, para reservar el agua de Paso Severino. El aporte de aguas abajo tiene mayores niveles de salinidad por la cercanía del Río de la Plata y por lo tanto la mezcla también aumentó los niveles de salinidad, y esto se tradujo en un incremento de los valores de conductividad, sodio, cloruros y Sólidos Disueltos Totales en el agua producida y distribuida a la población.
En esta situación OSE priorizó en todo momento, la continuidad del servicio 24 horas, decisión que fue respaldada por el MSP (Ministerio de Salud Pública), el MA (Ministerio de Ambiente) y URSEA (Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua). Por lo tanto, el impacto de la sequía recayó sobre la calidad del agua distribuida en lugar de provocar desabastecimiento o abastecimiento discontinuo a la población. El prestador además brindó suministro alternativo a hospitales y otros consumidores sensibles, desde otras fuentes.
En el orden de continuar brindando agua segura a la población, OSE solicitó al MSP la autorización de valores máximos extraordinarios para los parámetros mencionados. A partir de los nuevos límites definidos por el Ministerio de Salud del país, el prestador definía día a día la mezcla de agua cruda dulce y salina, en el orden de cuidar las pocas reservas que quedaban en Paso Severino.
Por su parte, URSEA intensificó de forma significativa el monitoreo de calidad de agua en Montevideo y área metropolitana, en el marco de su programa de vigilancia de la calidad del agua potable. OSE y URSEA publicaron diariamente y periódicamente respectivamente los resultados de los monitoreos.
El 19 de junio, los niveles de reservas de Paso Severino llegaron a niveles críticos y frente al pronóstico de ausencia de precipitaciones en el corto plazo, Presidencia de la República emitió un Decreto que declaró la emergencia hídrica en la zona metropolitana del país.
Conjuntamente a esta declaración, se aprobó el suministro de agua embotellada a la población vulnerable (500.000 personas), la exoneración impositiva para el agua embotellada, y se aceleró y concretó la ejecución de una obra de represamiento y bombeo de agua dulce desde una cuenca situada aguas debajo de Aguas Corrientes.
Las precipitaciones ocurridas en el mes de julio y agosto permitieron recuperar los niveles de las reservas, por lo que hacia fines de agosto se declaró el fin de la emergencia hídrica.
El rol del Regulador resultó particularmente importante en el proceso de toma de decisiones relativo a la solicitud de excepción al cumplimiento de la normativa de calidad del agua potable en los parámetros alterados por parte del prestador, y en el seguimiento de la situación de abastecimiento con énfasis en la continuidad del suministro y la calidad del agua distribuida. Superado el déficit hídrico, el regulador deberá emitir sus informes de evaluación de la actuación del prestador, y tomar las acciones que correspondan.. Asimismo, el organismo rector del sector (MA), el prestador (OSE) y el Regulador (URSEA) deberán realizar un análisis de la crítica situación vivida, y en base a las lecciones aprendidas, definir las acciones correspondientes a corto y mediano plazo, cada institución en el ámbito de su competencia, trabajando coordinadamente.
